


En Teusaká, nuestra misión es restaurar y regenerar los ecosistemas, trabajando por un equilibrio entre la naturaleza y el ser humano. Somos parte del ecosistema empresarial de Back to Spirit, una alianza estratégica que comparte una visión común: volver a lo esencial, cuidar de la tierra, y promover un futuro sostenible.
Desde la reforestación de áreas degradadas hasta la protección de los recursos hídricos y la biodiversidad, en Teusakátrabajamos incansablemente para recuperar los paisajes que una vez prosperaron y asegurar su conservación para las generaciones futuras. A través de nuestra colaboración con las otras empresas del ecosistema de Back to Spirit, integramos la regeneración ecológica con un enfoque en diseño, artesanía y sostenibilidad.
Te invitamos a explorar nuestro trabajo y a ser parte de este movimiento, donde cada acción contribuye a la creación de un mundo más equilibrado y resiliente.
Regenerando la Vida
Restaurando el Futuro

RESTAURACION ECOLOGICA
Sanar la Tierra, Restaurar la Vida
El ecosistema andino ha sido fragmentado por siglos de intervención humana. Nuestra labor se centra en la recuperación de los bosques nativos, la protección de las fuentes de agua y la restauración de suelos mediante prácticas de regeneración ecológica. A través de la reforestación con especies nativas, la conservación de corredores biológicos y la recuperación de suelos degradados, buscamos devolverle el equilibrio a la montaña y fortalecer la biodiversidad en la región.
EDUCACION AMBIENTAL
Aprender del Bosque, Aprender con la Comunidad
Creemos en el poder del conocimiento para transformar realidades. Por eso, promovemos programas de educación ambiental que acercan a niños, jóvenes y comunidades a la comprensión profunda de los ecosistemas y su importancia. Nuestras actividades incluyen talleres, recorridos interpretativos y proyectos pedagógicos que conectan a las personas con la naturaleza, fomentando una relación de respeto y cuidado con el territorio.
RESIGNIFICACION DEL PUEBLO MUISCA
Tejer la Memoria, Reencontrároslas el Camino
El territorio no solo guarda historias en sus paisajes, sino también en las voces de quienes lo han habitado por siglos. En alianza con la comunidad Muisca, impulsamos la resignificación cultural del territorio a través del fortalecimiento de sus prácticas ancestrales, la revitalización de su lengua, sus rituales y su cosmovisión. Este proceso no es solo una reconstrucción del pasado, sino un camino hacia el futuro, donde la sabiduría indígena y el conocimiento contemporáneo dialogan para construir un mundo más armónico con la naturaleza.
Nuestro Enfoque





Uniendo Saberes para la Regeneración del Territorio
En la Fundación Teusaká, entendemos que la restauración ambiental y la memoria cultural son inseparables.
Cada árbol sembrado, cada historia contada y cada aprendizaje compartido son parte de un mismo tejido.
Nuestro enfoque es una invitación a reconectar con la tierra, aprender de su sabiduría y ser parte del cambio.

Proyectos
Guardianes de la Lechuza
CUSTODIA DEL TERRITORIO
RESTAURACIÓN ÓECOLOGICA
REGENERACION PASIVA
SABIDURIA NATURAL
PARTICIPACION COMUNITARIA
EQUILIBRIO ECOSISTEMICO


Guardianes de la Lechuza: Custodios de la Regeneración
El Proyecto Guardianes de la Lechuza es una iniciativa de restauración ecológica y participación comunitaria que busca formar una red de custodios del territorio, comprometidos con la regeneración de los ecosistemas altoandinos y la protección del Bosque de la Lechuza. Inspirado en el simbolismo de la lechuza como guardiana de la sabiduría y el equilibrio natural, este proyecto convoca a individuos, familias, comunidades y organizaciones a ser parte activa de la transformación del territorio.
Un compromiso con la Tierra
Los Guardianes de la Lechuza trabajan bajo un modelo de participación basado en el conocimiento, la acción y el respeto por la naturaleza. Su labor se centra en:
• Restauración ecológica mediante la protección y regeneración del Bosque de la Lechuza y otros ecosistemas de la Comarca Ancestral.
• Monitoreo y acompañamiento del proceso de regeneración pasiva, permitiendo que la naturaleza se recupere sin intervenciones agresivas.
• Educación y divulgación ambiental, compartiendo saberes sobre biodiversidad, restauración y cultura ecológica con la comunidad.
• Prácticas de reciprocidad con la Tierra, promoviendo el equilibrio entre la conservación y la vida en el territorio.
Un modelo de participación inclusivo
Cualquier persona o colectivo puede convertirse en Guardián de la Lechuza. Existen diversas formas de involucrarse: desde la restauración activa y el monitoreo de biodiversidad hasta la difusión del conocimiento y la adopción de prácticas sostenibles. A través de membresías, voluntariados y programas de formación, los Guardianes se convierten en actores clave en la regeneración de los ecosistemas altoandinos.
La lechuza como símbolo de regeneración
En la cosmovisión ancestral, la lechuza es un ser de sabiduría y conexión con los ciclos naturales. En este proyecto, representa la mirada atenta sobre el territorio, la paciencia en la restauración y el compromiso con la vida. Ser Guardián de la Lechuza es más que un título: es una forma de habitar la Tierra con conciencia y respeto.
Únete a los Guardianes
La regeneración del territorio es un proceso colectivo. Al unirte a los Guardianes de la Lechuza, te conviertes en parte de una comunidad que trabaja por la restauración, la educación y la conservación del ecosistema. Juntos, construimos un futuro donde la Tierra y sus guardianes puedan florecer.
El Proyecto Guardianes de la Lechuza es una iniciativa de restauración ecológica y participación comunitaria que busca formar una red de custodios del territorio, comprometidos con la regeneración de los ecosistemas altoandinos y la protección del Bosque de la Lechuza. Inspirado en el simbolismo de la lechuza como guardiana de la sabiduría y el equilibrio natural, este proyecto convoca a individuos, familias, comunidades y organizaciones a ser parte activa de la transformación del territorio. Un compromiso con la Tierra Los Guardianes de la Lechuza trabajan bajo un modelo de participación basado en el conocimiento, la acción y el respeto por la naturaleza. Su labor se centra en: •Restauración ecológica mediante la protección y regeneración del Bosque de la Lechuza y otros ecosistemas de la Comarca Ancestral. •Monitoreo y acompañamiento del proceso de regeneración pasiva, permitiendo que la naturaleza se recupere sin intervenciones agresivas. •Educación y divulgación ambiental, compartiendo saberes sobre biodiversidad, restauración y cultura ecológica con la comunidad. •Prácticas de reciprocidad con la Tierra, promoviendo el equilibrio entre la conservación y la vida en el territorio. Un modelo de participación inclusivo Cualquier persona o colectivo puede convertirse en Guardián de la Lechuza. Existen diversas formas de involucrarse: desde la restauración activa y el monitoreo de biodiversidad hasta la difusión del conocimiento y la adopción de prácticas sostenibles. A través de membresías, voluntariados y programas de formación, los Guardianes se convierten en actores clave en la regeneración de los ecosistemas altoandinos. La lechuza como símbolo de regeneración En la cosmovisión ancestral, la lechuza es un ser de sabiduría y conexión con los ciclos naturales. En este proyecto, representa la mirada atenta sobre el territorio, la paciencia en la restauración y el compromiso con la vida. Ser Guardián de la Lechuza es más que un título: es una forma de habitar la Tierra con conciencia y respeto. Únete a los Guardianes La regeneración del territorio es un proceso colectivo. Al unirte a los Guardianes de la Lechuza, te conviertes en parte de una comunidad que trabaja por la restauración, la educación y la conservación del ecosistema. Juntos, construimos un futuro donde la Tierra y sus guardianes puedan florecer.
Bosque de la Lechuza: Restauración Pasiva y Regeneración Natural
RESTAURACION PASIVA
REGENERACION NATURAL
SANTUARIO VIVO
ARBOL DE LA LECHUZA
CEMENTERIO DE GIGANTES
MODELO REPLICABLE


El Bosque de la Lechuza es un testimonio vivo del poder de la restauración pasiva. Lo que antes fue un terreno intervenido y degradado por actividades agrícolas ha renacido como un ecosistema vibrante, demostrando que la naturaleza, cuando se le da espacio y protección, sabe sanarse a sí misma.
Este proceso de regeneración no se basa en reforestaciones masivas ni intervenciones costosas, sino en la observación y el acompañamiento de los ciclos naturales. A través de la eliminación progresiva de especies invasoras, la protección del suelo y el agua, y la restauración de corredores biológicos, el bosque ha recuperado su equilibrio sin necesidad de siembras artificiales.
Un modelo de restauración basado en la naturaleza
El Bosque de la Lechuza es un ejemplo de regeneración natural asistida, un enfoque que ha demostrado ser más efectivo y sostenible que los métodos tradicionales de reforestación activa. Entre sus estrategias destacan:
• Eliminación gradual de especies invasoras como el retamo espinoso y los pinos foráneos, evitando la erosión y permitiendo la recolonización natural de especies nativas.
• Protección del suelo y el agua mediante la creación de microhumedales y zanjas de infiltración que favorecen la retención de humedad.
• Acompañamiento del proceso natural en lugar de imponer una estructura artificial de reforestación, permitiendo que las especies nativas regresen por sí mismas.
• Monitoreo y aprendizaje continuo, asegurando que el bosque evolucione de manera sostenible y adaptada a su contexto ecológico.
Más que un bosque, un modelo de regeneración
El Bosque de la Lechuza es el corazón del Programa Integral de Regeneración (PiR) y un referente para la restauración de otros territorios. No solo protege la biodiversidad y fortalece la resiliencia ecológica, sino que también demuestra que es posible restaurar la tierra con mínimos costos y máximos beneficios.
Este modelo de restauración pasiva está diseñado para ser replicable, integrando el conocimiento ancestral muisca con estrategias de conservación innovadoras. Con su regeneración, el Bosque de la Lechuza se convierte en un símbolo de esperanza, resiliencia y aprendizaje, un recordatorio de que la naturaleza siempre encuentra su camino de regreso cuando se le permite florecer.
El Bosque de la Lechuza es un testimonio vivo del poder de la restauración pasiva. Lo que antes fue un terreno intervenido y degradado por actividades agrícolas ha renacido como un ecosistema vibrante, demostrando que la naturaleza, cuando se le da espacio y protección, sabe sanarse a sí misma. Este proceso de regeneración no se basa en reforestaciones masivas ni intervenciones costosas, sino en la observación y el acompañamiento de los ciclos naturales. A través de la eliminación progresiva de especies invasoras, la protección del suelo y el agua, y la restauración de corredores biológicos, el bosque ha recuperado su equilibrio sin necesidad de siembras artificiales. Un modelo de restauración basado en la naturaleza El Bosque de la Lechuza es un ejemplo de regeneración natural asistida, un enfoque que ha demostrado ser más efectivo y sostenible que los métodos tradicionales de reforestación activa. Entre sus estrategias destacan: •Eliminación gradual de especies invasoras como el retamo espinoso y los pinos foráneos, evitando la erosión y permitiendo la recolonización natural de especies nativas. •Protección del suelo y el agua mediante la creación de microhumedales y zanjas de infiltración que favorecen la retención de humedad. •Acompañamiento del proceso natural en lugar de imponer una estructura artificial de reforestación, permitiendo que las especies nativas regresen por sí mismas. •Monitoreo y aprendizaje continuo, asegurando que el bosque evolucione de manera sostenible y adaptada a su contexto ecológico. Más que un bosque, un modelo de regeneración El Bosque de la Lechuza es el corazón del Programa Integral de Regeneración (PiR) y un referente para la restauración de otros territorios. No solo protege la biodiversidad y fortalece la resiliencia ecológica, sino que también demuestra que es posible restaurar la tierra con mínimos costos y máximos beneficios. Este modelo de restauración pasiva está diseñado para ser replicable, integrando el conocimiento ancestral muisca con estrategias de conservación innovadoras. Con su regeneración, el Bosque de la Lechuza se convierte en un símbolo de esperanza, resiliencia y aprendizaje, un recordatorio de que la naturaleza siempre encuentra su camino de regreso cuando se le permite florecer.
Estación del Agua
REGENERACION HIDRICA
TEMPLO DE LA LUNA
CENTRO DE SABERES
ZANJAS Y CAMELLONES
BAÑOS MUISCAS
RECONEXION CULTURAL


• Ubicación Estratégica: Situada en la Biósfera Teusaká, en la cuenca del río Teusacá, un territorio clave para la conservación del agua y la biodiversidad en la Cordillera Oriental de Colombia.
• Protección y Restauración del Agua: Focalizada en la regeneración de fuentes hídricas, cuencas y ecosistemas asociados, garantizando la calidad y disponibilidad del agua para las comunidades y la biodiversidad.
• Educación Ambiental y Ciencia: Espacio de aprendizaje donde confluyen saberes ancestrales muiscas y ciencia moderna, promoviendo la comprensión del ciclo del agua y su relación con la vida.
• Reconexión con la Naturaleza: Diseñada como un lugar de encuentro y reflexión sobre la importancia del agua en la cultura, la espiritualidad y el equilibrio ecológico del territorio.
• Iniciativas de Impacto: Incluye programas de restauración ecológica, reforestación con especies nativas, monitoreo de cuencas hídricas y desarrollo de tecnologías sostenibles para la gestión del agua.
• Parte de una Visión Integral: Conectada con la Estación del Fuego (transformación y resiliencia) y la Estación de la Niebla (ecosistemas de páramo), creando un modelo regenerativo basado en los elementos de la naturaleza.
• Espacio Sagrado y Cultural: Inspirada en la cosmovisión muisca, la Estación del Agua se convierte en un centro para la práctica de rituales, ceremonias y encuentros comunitarios en armonía con la Tierra.
• Innovación y Sostenibilidad: Aplica estrategias de conservación innovadoras y soluciones ecológicas para la regeneración del agua y los ecosistemas asociados.
• Ubicación Estratégica: Situada en la Biósfera Teusaká, en la cuenca del río Teusacá, un territorio clave para la conservación del agua y la biodiversidad en la Cordillera Oriental de Colombia. • Protección y Restauración del Agua: Focalizada en la regeneración de fuentes hídricas, cuencas y ecosistemas asociados, garantizando la calidad y disponibilidad del agua para las comunidades y la biodiversidad. • Educación Ambiental y Ciencia: Espacio de aprendizaje donde confluyen saberes ancestrales muiscas y ciencia moderna, promoviendo la comprensión del ciclo del agua y su relación con la vida. • Reconexión con la Naturaleza: Diseñada como un lugar de encuentro y reflexión sobre la importancia del agua en la cultura, la espiritualidad y el equilibrio ecológico del territorio. • Iniciativas de Impacto: Incluye programas de restauración ecológica, reforestación con especies nativas, monitoreo de cuencas hídricas y desarrollo de tecnologías sostenibles para la gestión del agua. • Parte de una Visión Integral: Conectada con la Estación del Fuego (transformación y resiliencia) y la Estación de la Niebla (ecosistemas de páramo), creando un modelo regenerativo basado en los elementos de la naturaleza. • Espacio Sagrado y Cultural: Inspirada en la cosmovisión muisca, la Estación del Agua se convierte en un centro para la práctica de rituales, ceremonias y encuentros comunitarios en armonía con la Tierra. • Innovación y Sostenibilidad: Aplica estrategias de conservación innovadoras y soluciones ecológicas para la regeneración del agua y los ecosistemas asociados.
Estacion del Viento: Custodia de la Niebla y los Páramos
CONSERVACION DE PARAMOS
MONTAÑA DEL AGUA
REGENERACION NATURAL
ECOSISTEMA SAGRADO
SABIDURIA ANCESTRAL
GUARDIANES DEL VIENTO


La Estación del Viento es un espacio dedicado a la protección de los páramos y la regeneración de los ecosistemas altoandinos, donde la niebla y el viento trazan los ciclos del agua y la vida. Ubicada en la parte más alta del territorio, esta estación es un centro de investigación, educación y restauración, diseñado para fortalecer el conocimiento y la protección de estos ecosistemas frágiles y fundamentales.
Guardianes del agua y del viento
Los páramos son el corazón hídrico de la Cordillera Oriental, generando el agua que abastece a millones de personas. Sin embargo, su equilibrio ha sido alterado por la expansión humana y el cambio climático. En la Estación del Viento, trabajamos en:
• Monitoreo y restauración de ecosistemas altoandinos, promoviendo la regeneración natural de la vegetación de páramo.
• Investigación sobre el papel del viento y la niebla en la captura y distribución del agua, explorando estrategias para la conservación hídrica.
• Revitalización de saberes ancestrales muiscas, comprendiendo la relación sagrada entre el viento, la montaña y la vida.
• Educación ambiental y conexión con la comunidad, formando guardianes del páramo y promoviendo prácticas de conservación.
Un espacio de contemplación y aprendizaje
Más que un centro de restauración, la Estación del Viento es un lugar de encuentro con la montaña, el cielo y la memoria del territorio. Es un espacio donde la niebla se convierte en maestra y el viento susurra las historias del páramo, invitando a reconectar con la naturaleza y su ritmo profundo.
Aquí, la ciencia, la espiritualidad y la conservación se unen en un esfuerzo por proteger el ecosistema más sagrado de los Andes: el páramo, origen del agua y cuna de la vida.
La Estación del Viento es un espacio dedicado a la protección de los páramos y la regeneración de los ecosistemas altoandinos, donde la niebla y el viento trazan los ciclos del agua y la vida. Ubicada en la parte más alta del territorio, esta estación es un centro de investigación, educación y restauración, diseñado para fortalecer el conocimiento y la protección de estos ecosistemas frágiles y fundamentales. Guardianes del agua y del viento Los páramos son el corazón hídrico de la Cordillera Oriental, generando el agua que abastece a millones de personas. Sin embargo, su equilibrio ha sido alterado por la expansión humana y el cambio climático. En la Estación del Viento, trabajamos en: • Monitoreo y restauración de ecosistemas altoandinos, promoviendo la regeneración natural de la vegetación de páramo. • Investigación sobre el papel del viento y la niebla en la captura y distribución del agua, explorando estrategias para la conservación hídrica. • Revitalización de saberes ancestrales muiscas, comprendiendo la relación sagrada entre el viento, la montaña y la vida. • Educación ambiental y conexión con la comunidad, formando guardianes del páramo y promoviendo prácticas de conservación. Un espacio de contemplación y aprendizaje Más que un centro de restauración, la Estación del Viento es un lugar de encuentro con la montaña, el cielo y la memoria del territorio. Es un espacio donde la niebla se convierte en maestra y el viento susurra las historias del páramo, invitando a reconectar con la naturaleza y su ritmo profundo. Aquí, la ciencia, la espiritualidad y la conservación se unen en un esfuerzo por proteger el ecosistema más sagrado de los Andes: el páramo, origen del agua y cuna de la vida.
Estación del Fuego: Transformacionales y Resiliencia
TRANSFORMACION
REGENERACION
NIÑEZ
JUVENTUD
ENERGIA VITAL
SABIDURIA ANCESTRAL


La Estación del Fuego es un espacio dedicado a la fuerza transformadora de la vida, la regeneración del territorio y la resiliencia comunitaria. Ubicada en un punto estratégico dentro de la Biósfera Teusaká, esta estación representa el poder del fuego como elemento de cambio, no solo en la naturaleza, sino en la cultura y la conciencia humana.
Fuego que destruye, fuego que renueva
El fuego es energía, pero también un ciclo de renovación. En la Estación del Fuego trabajamos para comprender y armonizar este elemento a través de:
• Restauración ecológica de zonas afectadas por incendios, acompañando la regeneración natural y reduciendo riesgos futuros.
• Manejo del fuego en la tradición ancestral, aprendiendo de las prácticas muiscas y otros pueblos indígenas sobre su uso sostenible.
• Educación para la resiliencia climática, formando comunidades en prevención de incendios y adaptación al cambio climático.
• Foros y encuentros sobre regeneración territorial, promoviendo diálogos entre ciencia, ecología y saberes ancestrales.
El fuego como símbolo de transformación
Más que un elemento destructivo, en la Estación del Fuego reconocemos su papel en la renovación del paisaje, la memoria y la identidad del territorio.
Aquí, el fuego nos recuerda que todo cambio es una oportunidad para la regeneración, que de la ceniza surge la vida y que el calor de la comunidad es la verdadera chispa de la transformación.
La Estación del Fuego es un espacio dedicado a la fuerza transformadora de la vida, la regeneración del territorio y la resiliencia comunitaria. Ubicada en un punto estratégico dentro de la Biósfera Teusaká, esta estación representa el poder del fuego como elemento de cambio, no solo en la naturaleza, sino en la cultura y la conciencia humana. Fuego que destruye, fuego que renueva El fuego es energía, pero también un ciclo de renovación. En la Estación del Fuego trabajamos para comprender y armonizar este elemento a través de: • Restauración ecológica de zonas afectadas por incendios, acompañando la regeneración natural y reduciendo riesgos futuros. • Manejo del fuego en la tradición ancestral, aprendiendo de las prácticas muiscas y otros pueblos indígenas sobre su uso sostenible. • Educación para la resiliencia climática, formando comunidades en prevención de incendios y adaptación al cambio climático. • Foros y encuentros sobre regeneración territorial, promoviendo diálogos entre ciencia, ecología y saberes ancestrales. El fuego como símbolo de transformación Más que un elemento destructivo, en la Estación del Fuego reconocemos su papel en la renovación del paisaje, la memoria y la identidad del territorio. Aquí, el fuego nos recuerda que todo cambio es una oportunidad para la regeneración, que de la ceniza surge la vida y que el calor de la comunidad es la verdadera chispa de la transformación.
Estación de la Tierra: La Comarca Ancestral
MEMORIA ANCESTRAL
TERRITORIO
SOBERANIA ECOLOGICA
COMUNIDAD
SABIDURIA VIVA
RAICES SAGRADAS


La Estación de la Tierra es el corazón de la Comarca Ancestral Muisca, un territorio donde la memoria, la regeneración ecológica y la vida comunitaria se entrelazan en armonía con la naturaleza. Aquí, la restauración no es solo ambiental, sino también cultural y espiritual, honrando el conocimiento de los pueblos originarios y su relación sagrada con la tierra.
La tierra como raíz y memoria
La Comarca Ancestral es un espacio de reencuentro con el territorio, donde la regeneración de los suelos, la restauración de los bosques y la revitalización de la cultura Muisca se convierten en un solo proceso. En esta estación trabajamos en:
• Restauración de suelos y ecosistemas degradados, promoviendo la regeneración natural y la biodiversidad.
• Fortalecimiento de la vida comunitaria y la soberanía alimentaria, integrando agroecología y conocimiento tradicional.
• Revitalización de la lengua, la espiritualidad y las prácticas muiscas, reconectando con la memoria del territorio.
• Creación de la Aldea Ancestral, un espacio de aprendizaje, intercambio y vida en comunidad.
Un territorio vivo y regenerativo
Más que un espacio físico, la Comarca Ancestral es un modelo de vida en equilibrio con la Tierra. Es un territorio que honra sus raíces, aprende de su historia y siembra un futuro sostenible, donde la regeneración ambiental y cultural caminan juntas hacia la armonía del mundo natural.
Aquí, la tierra es maestra, testigo y hogar. Su cuidado es un acto de amor y reciprocidad, un compromiso con las generaciones que vendrán.
La Estación de la Tierra es el corazón de la Comarca Ancestral Muisca, un territorio donde la memoria, la regeneración ecológica y la vida comunitaria se entrelazan en armonía con la naturaleza. Aquí, la restauración no es solo ambiental, sino también cultural y espiritual, honrando el conocimiento de los pueblos originarios y su relación sagrada con la tierra. La tierra como raíz y memoria La Comarca Ancestral es un espacio de reencuentro con el territorio, donde la regeneración de los suelos, la restauración de los bosques y la revitalización de la cultura Muisca se convierten en un solo proceso. En esta estación trabajamos en: • Restauración de suelos y ecosistemas degradados, promoviendo la regeneración natural y la biodiversidad. • Fortalecimiento de la vida comunitaria y la soberanía alimentaria, integrando agroecología y conocimiento tradicional. • Revitalización de la lengua, la espiritualidad y las prácticas muiscas, reconectando con la memoria del territorio. • Creación de la Aldea Ancestral, un espacio de aprendizaje, intercambio y vida en comunidad. Un territorio vivo y regenerativo Más que un espacio físico, la Comarca Ancestral es un modelo de vida en equilibrio con la Tierra. Es un territorio que honra sus raíces, aprende de su historia y siembra un futuro sostenible, donde la regeneración ambiental y cultural caminan juntas hacia la armonía del mundo natural. Aquí, la tierra es maestra, testigo y hogar. Su cuidado es un acto de amor y reciprocidad, un compromiso con las generaciones que vendrán.
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Unase a Nosotros
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Regeneración Ecológica y Protección de Ecosistemas (2024 - 2034)
En la próxima década, el PiR impulsará la restauración de los ecosistemas clave en la hoya del río Teusacá.
Indicadores Proyectados:
• Para 2028, se habrán restaurado 2.500 hectáreas, con la meta de alcanzar las 5.000 hectáreas en 2034.
• En los primeros cinco años, se sembrarán 150.000 árboles, con la meta de 300.000 árboles para 2034.
• Para 2026, se habrán recuperado al menos 7 microcuencas hídricas, avanzando hacia las 15 proyectadas para 2032.
• En los primeros tres años, se establecerán estrategias de restauración pasiva en al menos 3 reservas ecológicas, expandiéndolas a otras áreas en la segunda fase del proyecto.
• Cada año se trabajará en la protección de nuevas especies nativas, con el objetivo de alcanzar al menos 50 especies protegidas para 2030.
Educación Ambiental y Empoderamiento Comunitario (2024 - 2030)
El fortalecimiento de la educación ambiental y la capacitación comunitaria se llevará a cabo en una primera fase de seis años.
Indicadores Proyectados:
• Para 2026, se habrán capacitado 750 voluntarios, avanzando a 1.500 para 2030.
• En los primeros tres años, se implementarán 7 centros comunitarios, y la meta es alcanzar 15 en total para 2030.
• Para 2025, al menos 10 maestros y líderes comunitarios estarán capacitados, y para 2028, se espera alcanzar los 50 líderes formados.
• Se espera que 10 escuelas locales participen en los programas ambientales en los primeros cuatro años, con una meta de 20 escuelas involucradas para 2030.
• Para 2026, se habrán desarrollado las primeras rutas de interpretación ambiental, con al menos 5 rutas activas para 2028.
Cultura Ancestral y Resignificación del Territorio (2024 - 2032)
La revitalización de la cultura muisca y la integración de su cosmovisión en la restauración del territorio es un proceso que se consolidará en los próximos ocho años.
Indicadores Proyectados:
• Para 2026, se habrán revitalizado al menos 3 sitios sagrados, avanzando hacia 10 sitios restaurados en 2032.
• Cada año se realizarán 5 encuentros culturales, con una meta de 50 encuentros para 2030.
• Para 2028, se espera consolidar los primeros espacios de enseñanza de la lengua muisca, expandiendo su implementación hasta 2032.
• En los primeros cinco años, se trabajará en la recuperación de 5 técnicas ancestrales de manejo del agua, avanzando a un total de 10 técnicas recuperadas en la siguiente fase.
• Para 2030, se habrá consolidado la Comarca Ancestral Muisca como modelo de regeneración territorial sostenible.
Sostenibilidad y Replicabilidad del Programa (2024 - 2035)
Este capítulo se desarrollará a lo largo de 11 años, con el objetivo de consolidar un modelo sostenible y escalable de restauración ecológica.
Indicadores Proyectados:
• Para 2026, se habrán establecido al menos 3 alianzas internacionales, con la meta de 10 alianzas para 2035.
• En los primeros cuatro años, se consolidará un sistema de financiamiento sostenible, incluyendo donaciones, membresías y ecoturismo regenerativo.
• Para 2030, se espera replicar el modelo de restauración en al menos 2 cuencas hidrográficas más, y alcanzar 5 cuencas para 2035.
• Para 2027, se implementarán las primeras tecnologías sustentables de gestión del agua y conservación de suelos, avanzando hacia una adopción total en 2032.
• En 2025 se iniciará la construcción de la Estación del Agua, con el objetivo de inaugurarla antes de 2028 como un centro de investigación y acción regenerativa.
Impacto


